domingo, 25 de agosto de 2013


Este finde jugué bien mis cartas y conseguí no pisar mi casa en dos días. Creo que sólo me llaman la atención tíos raros y chicas bonitas. Y los amigos que se quedan quietos y puedo dibujarlos más fácilmente (aunque la gracia de dibujar a gente es que no se enteren, que te lo pongan difícil).




El tipo rosado de arriba a la derecha era un súper fauna. Quería entrar al bar y no le dejaban. Yo quería que hubiera hostias (porque podría haberlas habido y muy finas), pero al final me fui y no supe lo que pasó. Una lástima.



Después de 48 horas nonstop por la lasaña social, por fin volví a casa. Al menos pude ver mundo.

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